Primer Tiempo


LA MUCHEDUMBRE DE MIS ANCESTROS



Después de mi examen de Doctorado en Antropología Social sustentado en Universidad Nacional Autónoma de México en abril de 1997, Thierry Linck me invitó a ser sinodal de dos exámenes de grado en Sociedad y Territorio en la Universidad de Toulouse, ciudad capital de Le Midi de la France.

Escogí viajar un 20 de junio en la noche para llegar el 21 por la mañana al Charles de Gaulle, y al bajar del avión, tomé con mi mano derecha la manita de mi hijo, Juan Carlos, que tenía apenas 7 añitos; y, con el brazo izquierdo, abracé a mi hija Valesa, que entonces estaba por cumplir los 15.

Una vez que hubimos entrado a las salas del aeropuerto, Valesa y yo nos mirábamos azoradas a los ojos porque, a cada paso que dábamos, nos tropezábamos con conjuntos musicales de diversos tipos o solistas virtuosos de todo tipo de instrumentos. 

En la noche, cuando llegamos a Toulouse, nos enteramos que era una celebración popular por el solsticio de verano llamada la Fête de la Musique, y Toulouse, para nuestra fortuna, la Meca de semejante celebración.

[Después supimos que un 21 de junio pero de 1976 estalló 
"pour tous et pour tout le goût" 
un Toulouse de música y baile con lo que arraigó
La Fête partout] 
 
Juan Carlos, Valesa y yo salimos a las 6 de la tarde del hotel y caminamos a diestra y siniestra en una muchedumbre muy similar a la Foule qui a jeter a Edith Piaf entre se bras....
Hela aquí, 
dentro de mi justo 
esa noche, perdida en multitudes
que bailaron, cantaron y tocaron todo tipo de instrumentos musicales hasta la madrugada:

"Je revois la ville en fête et en délire
Suffoquant sous le soleil e sous la joie
Et j'entends dans la musique, les cris, le rires
Qui éclatent e rebondissent autor de moi
Et perdu parmi ces gens qui me bousculent
Étourdie, désemparée, je reste là
Quand soudain, je me retourne, il se recule
et la foule vient me jeter entre se bras..
("...y la muchedumbre viene de aventarme entre sus brazos....")

Toda esa semana que permanecí en Toulouse, entré en una especie de delirio de muchedumbre que me arrojó a los brazos de mi hirsuta genealogía, así que finalizando mi trabajo renté un auto en un lugar cercano de la Maison de la Recherche -lugar de la Universidad donde se celebraron los exámenes de grado de los que había sido sinodal- y a finales de junio del 97, me puse a acariciar la tersa piel de la cartografía acechando las disyuntivas para llegar a Barcelona, ciudad que yo creía -por las narrativas de mi abuela paterna María Fé Concepción Sastré- el lugar de donde partía mi árbol genealógico por el lado de mi padre. 

¿A qué obedecía ese impulso mío de irme a Barcelona con mis hijos, en lugar de quedarme a disfrutar Le Midi de la France, donde se festeja el Festival Internacional de Jazz y a donde acude con toda regularidad Rirchard Galiano, un tipo que me fascina como jazzista y como hombre? 

La respuesta a esta pregunta la tengo en el siguiente recuerdo que configuró mi primer impulso autobiográfico: 
Cuando me fui a vivir a San Cristóbal de Las Casas en 1994, Manuel Roberto Parra Vázquez -entonces mi compañero del alma- puso en mis manos el libro "ORO VERDE. La conquista de la Selva lacandona por los madereros Tabasqueños 1822-1949 publicado por el Fondo de Cultura Económica y el Instituto de Cultura de Tabasco", me regaló una parte de mi autobiografía al reconstruir y dar fuentes históricas de la vida de mi bisabuelo paterno Fernando Sastré por el lado de mi abuela María Concepción Sastré Martínez, madre de mi padre Julio Moguel Sastré. Para el colmo de mi fortuna, Manuel Parra me presentó Jan de Vos, al autor de "Oro Verde"a quien le rindo memoria póstuma por regalarme los gérmenes de este impulso autobiográfico de largo aliento y que me lanzó a Cataluña..........por el CAMINO DE ANDORRA.

Llegué a Barcelona y dejé el auto en un estacionamiento mientras estuve en aquella bella ciudad del Mediterráneo. El segundo día de mi estancia en la Capital de Cataluña, me arranqué caminando con mis hijos desde las Ramblas hasta 
(No pregunten por qué empecé por allí porque no podría desentrañar aquella corazonada inaudita del  impulso autobiográfico de mis ancestros)

Allí mis hijos y yo nos encontramos frente a esta Catedral gótica construida en el siglo XIII, situada en La Pla de la Seu, e igual que Toulouse con música, pero ahora nos topamos con.....
LA SARDANA
Quedamos estupefactos de ver catalanas y catalanes de todas las edades bailando en absoluta y plena colectividad ese ritmo que nos era totalmente desconocido.

Súbitamente después de haber sido arrasados por la muchedumbre, Juan Carlos empezó a gritarme en medio del tumulto:
-¡Mami, mami, allá está mi Abuelito
y está jugando con unos títeres!

Muy cerca de las escalinatas de la Catedral de Barcelona estaba un titiritero que estaba vestido con tirantes a la usanza de los años 40, y que tenía un parecido asombroso con mi padre. Y sin el mínimo pudor, llegué a él en dos zancadas, sintiendo las vibras de mis hijos sabiendo la proximidad de su Abuelo, al que querían en el alma. Y a rajatabla, le pregunté que si de casualidad él no llevaba el apellido Moguel. Y con un tono especialmente fuerte del castellano me contestó:

-¡Pero no!, que cosa! Para nada! Ahora que si lo llevara de casualidad tampoco sería mío.
-Entonces, debe portar el apellido Sastré-, dije yo quedito con una voz profundamente femenina.
Sentí una ternura infinita en sus palabras cuando me contestó: 
-Si fuera Sastré estaría viendo una función de títeres en mi mansión de Petra
y los invitaría a ustedes tres a pasar un verano en Palma de Mallorca.

Me vio tan absolutamente aturdida por la situación que acostó sus títeres en la explanada de la Catedral muy cerca a su último escalón, y se plegó, lentamente, cada una de las mangas de su camisa blanca surcada por sus tirantes, y con su brazo izquierdo extendido y desnudo, apretó fuertemente cuatro dedos para dejar su índice apuntando hacia su fondo izquierdo de la Pla de la Seu -con la catedral a sus espaldas-, y solemnemente, tomándome del hombro con su mano derecha, me dijo:
-¿Véis al fondo que se abre un callejón? y, ¿a éste bajando a la izquierda?

-Sí, contesté yo.
-Allí vais a encontrar la entrada a una Casa que casi va a cumplir 100 años.
Los catalanes la hemos nombrado L'Ardiaca.
En esa casa está
El Arxiu Històric de la Ciutat....

Entré al recinto del Arxiu Històric de la Ciutat con Valesa y Juan Carlos a mis costados, y estando parada allí a la entrada de un recinto donde parecía llevarse a cabo una cónclave papal, se acercó un hombre con la misma estructura física, la misma actitud, y la misma manera de ver de mi padre, y yo me adelanté a cualquier expresión de mis hijos porque sus voces hubiera retumbado en el eco de este recinto viejo con la exclamación: ¡Como el Titiritero!

-¿Tiene libros viejos de Heráldica?
-Sí, contamos con una Enciclopedia Heráldica editada a principios del siglo XIX
   -Me la puede facilitar
-Sí, pero por letra. Qué apellido buscáis?
-Moguel.

Se perdió en una bóveda y, en seguida, trajo un libro grande cuyas pastas olían a tiempo, y me ofreció una mesa de madera con la piel de una vieja caricia que yacía en su rostro. Y mientras olía y sentía todo, mis hijos se iban a la calle a ver si el Titiritero les enseñaba a bailar sardana.

Abrí el libro recorriendo la Mo...g
¡Moguel, apellido vasco que significa "hinojo"!
Originario de la Merindad de Olite en Navarra de un villa que se llama

Cerré mis ojos y me grité en silencio a mí misma: 
-No tengo idea ni de qué es Merindad ni que sería entonces Olite. Y luego, de milagro encontraría Milagro, porque según lo que entiende mi corazón estamos a un buen de kilómetros en un lugar que no tiene que ver con la Sardana ni con La Pla de la Seu....¡Cállate! ya te desquiciaste Reyna María Cristina Moguel Viveros, porque todavía puedes enterarte de qué parte de España son los Sastré....:

-Señor, ¿me podría prestar el volumen de los apellidos que inician con SA?  si es usted tan amable. Y él me contestó: -Qué hermoso habláis las mexicanas. Y se perdió en una puerta cuyos goznes rechinaron y se oyeron como un grito en las paredes de L'Ardiaca.....Y ¡zaz! Que me vuelve a traer el olor antiguo a papel impreso:
Sastre es un apellido de la región de Marsella, Francia
que tiene su origen en el gremio,
pero aparece establecido en Mallorca en las Islas Baleares
poco después de su Conquista por el Rey de Aragón Jaime I,
en 1229, o sea en el Siglo XIII
justo en el año en que se construyó la Catedral de Barcelona
a cuyas espaldas está
el Arxiu Històric de la Ciutat.
Y así fue como, años después, encontré a Berengario Sastre -lo que concordaba con toda la historia oral que contaba María Sastré- en el LLibre del Repartiment de Mallorca (Segle XIII)donde está registrado como uno de los beneficiarios del repartimiento de un "rahal" -unidad de tenencia árabe equivalente a 3 mil hectáreas, es decir, un apabullante latifundio si entendemos que Mallorca es una isla con tan sólo 3640 kilómetros cuadrados de extensión-. Dicho "rahal" está ubicado entre Inca y Petra -dos antiquísimos pueblos del Centro de  Mallorca y distanciados por 27 kilómetros entre sí.......

.....fuera de mi, con la mirada en el infinito de la memoria ancestral, salí del recinto del Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, regresando por el callejón que conducía a la Pla de la Seu para buscar a mis hijos perdidos en la Foule de la Sardana con la plena "seguridad" de que en aquel viaje, ni Inca ni Petra, y, mucho menos Milagro, estaban a mi alcance. 


Comentarios

  1. Espero de mis primas y primo y mi hermano que me lean, que aquí pongan el comentario apasionado que se les venga al corazón. Si de aquí sale una Moguelada y Sastreada habré logrado comunicarme con mi propia alma que es la suya

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  2. Los que me lean, no dejen de irse a las citas haciendo clic en las palabras marcadas en otro color. Tampoco dejen de abrir los materiales audiovisuales y darles el tiempo para que se sitúen vivencialmente en los ambientes en los que transcurre este relato.

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  3. Que belleza y que orgullo para mí llevar el apellido Moguel

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